TRASIEGO DE LOS VINOS
El Trasiego, consiste en separar del vino aquellas materias sólidas depositadas en el fondo de los recipientes durante la fermentación y durante las diferentes etapas de la crianza.
El vino resultante de la fermentación suele ser un 70-75% del peso inicial de las uvas. Los hollejos se prensan suavemente para obtener los restos de vino que contengan, los cuales se utilizan para hacer orujo u obtener alcohol.
En los vinos nuevos se produce una clarificación espontánea, y "las madres" (lías, fangos) se depositan en el fondo de las cubas. Es aconsejable que estos sedimentos no estén mucho tiempo junto al vino para ir disminuyendo la turbidez.
Mediante el trasiego se trasvasa el vino de un depósito a otro, o de una barrica a otra. Se puede realizar mediante la ayuda de una bomba o por su propio peso.
Por esta razón se trasiega con frecuencia el vino a cubas limpias. Este proceso airea el vino, y esto es conveniente al principio, para ayudar al buen acabado de la fermentación y la estabilización del vino, ya que permite la evaporación de sustancias volátiles resultantes de la fermentación y de gas carbónico.
El trasiego también se usa para la homogeneización de vinos entre diferente cubas, para conseguir uniformidad.
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